El roce de los corazones

Se habla mucho del aprender a soltar, aprender a dejar ir... Ese tipo de lecciones rebosan las habladurías pero...

No se habla ni de enseñar a tocar corazones, a rozar las almas ni a desnudarse las entrañas. Nos hablan y nos obligan a aprender a desquerer pero ¿qué decís de aprender a querer bien?

Esas conversaciones están ínfimamente disipadas entre susurros de la fiesta y de la noche, de bailes y cuerpos desnudos entrelazados carnalmente.

Pocos corazones desenfrenados en una armónica sintonía nos encontramos hoy en día.

Vemos corazones aplacados, apretujados entre estereotipos, miedos, reglas y sistemas. Desde mi punto de vista no hay nada más bonito y emocionante que tocarle el corazón a alguien, simplemente un roce, cuando le notamos vibrar, sentir, vivir, cuando nos abre la puerta a su vida, a sus manías o simplemente a su interior es un estallido de sentimientos que nos llena por dentro. Pero cuando lo hacen con nosotros, ¿sabéis lo que siento yo?

Hace poco me ha pasado, siento una mezcla de emoción, ilusión, alegría y a la vez miedo pero... lo que más me sorprendió de todo y fue por lo que me inspiró a hacer este texto es que me sentí en paz. No se si era por la persona o por que no tenía nada que ocultar y estaba totalmente abierta pero nunca antes me había sentido así.

Lo que pasa es que hoy en día está de moda medir nuestros actos y nuestros sentimientos pero no se habla de mostrar lo que tenemos dentro ni de expresar lo que sentimos.

Os ago una pregunta: ¿Queréis sentir o no queréis sentir preferís vivir en esa zona de grises sin poder expresaros tal y cómo sois?

Os ponéis corazas vosotros mismos creyendo que es lo mejor para vosotros pero en realidad estáis huyendo de quienes sois porque somos lo que sentimos y si huimos de lo que sentimos acabamos perdiéndonos.

Así que os animo a quitar el miedo y las barreras para que se produzca el roce de los corazones